domingo, 8 de mayo de 2011

Diferencias entre las extensiones de cabello natural y sintético

El brillo y el volumen son los atributos más importantes de una cabellera. En primer lugar, porque reflejan que es saludable y también porque son armas infalibles para reafirmar nuestros encantos y seducir a nuevos admiradores.



Así que cuando tenemos el cabello fino y/o con partes maltratadas por la aplicación excesiva de productos químicos, realmente notamos la diferencia en nuestro “sex appeal”.
Pero como los problemas pueden convertirse en oportunidades -en este caso estéticas- , también podemos sacarle provecho a nuestras carencias capilares, reemplazándolas por extensiones.

Las extensiones son mechones de cabello postizo que permiten aumentar la longitud y el volumen del pelo, además de evitar cortarlo todo a causa de algunas zonas estropeadas.
Podemos encontrar dos tipos principales de extensiones: las naturales y las sintéticas o artificiales.

 Las primeras -con una constitución similar a la de nuestro pelo- se adaptan fácilmente y permiten realizar cualquier tipo de aplicación, desde el rizado con planchas y tenacillas hasta el teñido de los mechones.

Por el contrario, las extensiones sintéticas están elaboradas con hebras plásticas, lo que hace más difícil el modelado. Y por ser más sensibles al calor son, a su vez, más factibles de encogerse y quemarse.

Dentro de esta clasificación también se encuentran las extensiones de cabello reciclado, conformado por desechos de pelo que se transforman químicamente en mechones compactos. Pero a pesar de su origen “natural” hay que tener mayor cuidado con la aplicación para que se vea como parte de la cabellera y no como un simple accesorio.

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